Te necesito
a la madre tierra fértil
como la noche oscura y negra
al día sublime y claro para
fertilizar las
ideas, incubadas en aquella
negrítud.
Te necesito
para impedir que mi llanto no
vele el iris que idólatra
Te necesito
aunque huyas de mi indecente
madurez
junto a tu divina y excelsa
juventud.
Te necesito
como el polen a las flores
perfumadas.
ya que mi sangre no es sangre,
sino la dulce imagen de tu ser.
Te necesito
por qué el oxígeno que irriga
mis
pulmones, es sólo la prístina y
celestial
hermosura de tus ojos.
Te necesito
por que tu espíritu es como
el nocturno reflejo de la luna
en el estanque del estío.
Te necesito
es la poesía sin freno y el
amor indescriptible.
Te necesito
para que mis carnes no se
desgarren en trozos de
desamor.
Te necesito
por que tu silencio corre las
entrañas de mis tímpanos.
Te necesito
por que todo te necesito.
Te necesito
por que tu alegría y tu
sonrisa
pervierten la ignominia de
mi tristeza... Juan Carlos Cruz Bitancourt